Los 5 cantantes (de ópera) más famosos de Estados Unidos

El canto es uno de los dones más preciados que puede recibir un artista musical al nacer. Si el viejo Continente es conocido por la profusión de compositores que ha aportado a la música clásica siglos atrás, no es menos ciertos que Estados Unidos ha aportado grandes artistas cuando se trata de canto. Ello en cualquiera de sus modalidades (cantantes de ópera, de pop, de rock, de country etc.) e igual de válido tanto para ellas como para ellos.

Las cantantes americanas son estrellas musicales de antes y de ahora, voces como Aretha Franklin no pasan de moda en un mundo audiovisual tan famoso como el de Estados Unidos.

En este post te enumero las para mí 5 mejores voces femeninas del bel canto norteamericanas, del siglo XX y actuales. Sigue leyendo para saber más sobre ellas.

Cantantes de ópera americanas

Para mí, las cinco mejores cantantes de ópera serían, por este orden, Renée Fleming, Jessye Norman, Marian Anderson, Marilyn Horne o Leontyne Price.

Todas ellas proceden de prestigiosas academias musicales americanas como la Jacobs School of Music de Indiana, el Conservatory of Music de Cincinnati o la Academy of Vocal Arts de Filadelfia, por citar tres ejemplos punteros.

Es gracias a esa mezcla de aprendizaje y emprendimiento americano que lograron alcanzar la cima de la ópera a lo largo de las últimas décadas.

Renée Fleming

En lo más alto de este ranking musical yo situaría a la renombrada soprano Renée Fleming, nacida en Indiana, Pensilvania, el 14 de febrero de 1959, de dos padres profesores de canto. Su formación transcurrió entre Nueva York y Alemania

Es una de las estrellas de la ópera más admiradas en todo el mundo, los últimos 30 años. La tesitura de su voz ha sido comparada con las de Victoria de los Ángeles, Eleanor Steber o Leontyne Price (ver más abajo).

Su presencia escénica es incomparable, lo que la hace una de las mejores intérpretes de Mozart y Richard Strauss de su generación. Su repertorio es muy amplio con óperas de Händel, Verdi, Donizetti o Rossini. Además, destacan sus precisas interpretaciones en obras del repertorio francés, del checo (Rusalka) o incluso ruso (Eugene Onegin).

La Fleming ha dado recitales en festivales musicales internacionales como Salzburgo, Baden Baden, Glyndebourne, Edimburgo o Bayreuth.

Gran parte de su éxito es su versatilidad tanto para el bel canto como para otros géneros vocales más ligeros como musicales o música contemporánea (su voz se puede escuchar en la banda sonora de El Señor de los Anillos).

Jessye Norman

Hasta hace poco, Jessye Norman (1945-2019) fue una de las sopranos con mejor presencia y gran potencia vocal, tanto de ópera a lo largo de todo tipo de conciertos y recitales de todo el mundo.

Aunque formada en la Universidad Howard de Washington D.C., sus primeros éxitos le llegaron desde Europa, donde le fue reconocida su enorme talla al frente de dramas de Wagner, Strauss y otros compositores del repertorio alemán.

Especial reconocimiento le vino de su interpretación de Isolda en Tristán e Isolda y de Ariadne en Ariadne auf Naxos de Richard Strauss.

Su carrera incluyó actuaciones en los teatros de ópera más importantes del mundo, incluyendo la Metropolitan Opera de NY (la describió como "una de las grandes sopranos del último medio siglo"), La Scala y la Ópera de Viena.

Desde 1975 hasta 1990 se afincó en Londres donde cultivó el género de la ópera, los recitales de lieder y espirituales negros.

En 1984, Norman obtuvo el premio Grammy a la mejor interpretación vocal clásica. Le siguieron 4 más posteriormente, junto al Grammy Lifetime Achievement Award y la National Medal of Arts. En 1996 participó en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Verano de 1996 en Atlanta, cantando "Faster, Higher, Stronger".

En el ámbito social y cultural fue una defensora de la educación musical y participó en numerosas causas humanitarias, por las que fue nombrada Embajadora Honoraria ante Naciones Unidas en 1990.

Los últimos años desarrolló numerosas grabaciones e interpretaciones de música espiritual afroamericana tomando recursos del jazz, el góspel o los blues.

Tras un accidente en 2015 en el que sufrió daño en la médula espinal, falleció en 2019 tras un shock séptico y un fallo multiorgánico.

Marian Anderson

Otra de las grandes cantantes de ópera norteamericanas, la contralto Marian Anderson (1897-1993), fue conocida además por su lucha contra el racismo reinante en los EEUU y por su pacífica resistencia a lo largo del sXX.

Anderson hizo su debut en 1924, con 27 años, y obtuvo gran reconocimiento por sus interpretaciones de lieder y de espirituales negros (para la soprano Betty Allen fue "la madre espiritual de todos los cantantes líricos negros").

De los Estados Unidos saltó a Europa en la década de 1930 dando recitales con aclamación del público en Francia, Inglaterra, Bélgica, Escandinavia y la Unión Soviética. En España se la escuchó el 29 de abril de 1936 en un recital al que asistió, entre muchos otros amantes del bel canto, Federico García Lorca.

En 1939, la "Daughters of the American Revolution", una asociación cultural racista, rechazó su presencia en un recital en el Constitution Hall de Washington por estar reservado sólo a artistas blancos. Esto provocó un gran revuelo en la crítica ante semejante agravio.

El desagravio vino de la mano de la primera dama, activista y política estadounidense Eleanor Roosevelt quien la conoció en 1935 durante un recital en la Casa Blanca. Roosevelt montó un sonado espectáculo con más de 70.000 asistentes en el que Anderson fue la protagonista.

A partir de ese momento, fue artista invitada en las tomas de posesión de Dwight D. Eisenhower (1953), de John F. Kennedy (1961) y de Lyndon Johnson (1963).

A pesar de su popularidad y reconocimiento, no fue hasta 1955 que, con 58 años, se le permitió debitar en la Metropolitan Opera House en una ópera de Verdi, como primera solista afroamericana. Este hito abrió las puertas a la siguiente generación de cantantes negros en la ópera de Estados Unidos (incluidas Leontyne Price o Jessye Norman de las que hablamos en este post).

Entre sus reconocimientos destacan su nombramiento como delegada de los Estados Unidos en las Naciones Unidas (1958) o el Premio por la Paz (1972). En 1991, Anderson ganó un Grammy por su trayectoria musical.

La contralto falleció en abril de 1993 con 96 años por un infarto. El director de orquesta italiano Arturo Toscanini, dijo de Anderson que "una voz así se oye una en un siglo". Y ciertamente, por su valor musical como por su lucha contra el racismo, tuvo un papel protagonista en la Norteamérica del s.XX.

Marilyn Horne

Por su parte, Marilyn Horne (1934) es una mezzosoprano que destaca por sus interpretaciones de Rossini y Händel.

A lo largo de su extensa carrera ha sido capaz de adoptar un amplio registro vocal. Este va desde contralto a soprano de coloratura, al tiempo que se la reconoce por su interpretación artística y musicalidad. Y también se ha ido adaptando a las distintas tendencias y movimientos musicales. Desde el Romanticismo de Brahms hasta el dodecafonismo, pasando por Richard Wagner o Mahler, ha tocado todos los palos.

Su primera etapa operística la realizó en Centroeuropa, con actuaciones inolvidables en Alemania (Bach, Mozart, Beethoven, opereta y ópera italiana) o en La Scala milanesa.

Fue gran amiga y colaboradora de la soprano australiana Joan Sutherland. Ambas contribuyeron a llevar el bel canto a un altísimo nivel especialmente con Norma o Adalgisa de Bellini.

Horne ha sido una prolífica recitalista y ha ganado numerosos premios, incluidos varios Grammy. Su influencia en la música clásica se extiende también a través de su labor como educadora y mentora de jóvenes cantantes.

Leontyne Price

Finalmente, Leontyne Price (1927) es una soprano estadounidense con un gran dominio de las óperas de Verdi, en particular su Aída, a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Ha sido la primera afroamericana en recibir reconocimiento internacional, incluso antes que su compatriota Anderson.

Esta soprano "lirico spinto" cuenta con grandes éxitos de todo tipo de autores como Mozart, Puccini, Haendel o Monteverdi. Sin embargo, donde encuentra su cúspide es en las interpretaciones de Verdi con potentísimas arias.

Tras su retirada del circuito internacional operístico, Price siguió dando recitales y conciertos orquestales hasta 1997.

Célebre fue su participación en el concierto en memoria de las víctimas de los atentados terroristas del 11S en el Carnegie Hall, en 2001.

Price ha obtenido múltiples galardones y reconocimientos internacionales como la Medalla Presidencial de la Libertad (1964) y 13 Premios Grammy.

Como has podido leer, la mujer ha jugado un importante papel en el mundo de la lírica norteamericana. Obviamente, existen muchos cantantes más famosos actuales en el mundo de la lírica en Estados Unidos. Pero de ellos hablaré en otro post.