Muerte de su padre y gira europea (1835-1847)
Allá sobre 1826, Franz, con 15 años, pierde a su padre que contrajo el tifus. Esta pérdida terminó de modelar su carácter, siempre insatisfecho en lo musical y lo sentimental-amoroso, desplegando su virtuosismo pianístico por las salas de concierto de varios países europeos dando cientos de recitales durante los siguientes 16 años, sin pausa.
Su depurada, novedosa y dificilísima técnica embelesó a los músicos y oyentes de sus giras que creían que su ejecución era imposible por sobrehumana y que se ayudaba de algún artilugio en sus dedos para tocar sus fulgurantes escalas cromáticas al piano.
Durante estos peregrinajes europeos dando recitales a diestro y siniestro (Francia, Italia, Suiza, Austria, Alemania, Rep. Checa, o Rusia), además colaboró en la difusión de piezas musicales de muchos músicos que, de otra manera no se hubieran conocido por el público de entonces. Entre ellos, tocó piezas de su amigo Chopin, lieder de Schubert y obras para órgano de Bach. E hizo interesantes arreglos para piano de las Sinfonías de Berlioz o Beethoven. O la música de su amigo Wagner.
Recital en España y Portugal
Además, el pianista dio numerosos recitales en España y Portugal entre octubre de 1844 y abril de 1845.
Comenzó con 9 recitales por Madrid donde conoció a la reina Isabel II (recibió de ella la Cruz Supernumeraria de Carlos III y un alfiler de brillantes) por sus nueve actuaciones públicas. Le siguieron Córdoba, Almería, Sevilla, Lisboa (conoce a la reina María II de Portugal), Gibraltar, Málaga, Valencia (3 conciertos en el Teatro Principal).
Terminó su gira en Barcelona, donde dio 6 conciertos entre la Sociedad Filarmónica y el Teatro Nuevo.
Carolyne zu Sayn-Wittgenstein
En lo sentimental, la capacidad y erudición musical del pianista conquistó a varias damas de la alta sociedad europea a las que rompió el corazón a lo largo de aquellos años.
Con una de ellas, la escritora polaca y princesa, Carolyne zu Sayn-Wittgenstein, casada, llegó a mantener una relación que se inició en 1847 y que duraría 40 años. Ella, nada más conocerle intentó a toda costa invalidar su matrimonio sin éxito. Franz tuvo con ella hijos pero no casamiento. Carolyne fue quien convenció al pianista para que abandonara su azarosa vida de estrella musical y se dedicara a la composición.
Retirada a Weimar (1848-1861)
Cansado de tanto periplo, un Franz de 37 años, abandona el circuito europeo de virtuosos en 1848 para establecerse en Weimar, donde consigue el puesto de director musical de la corte.
Es al frente de la orquesta de Weimar donde comienza a cultivar su afán por la dirección de orquesta y la composición para esta formación musical. Y su fruto es la creación del "poema sinfónico", es decir, música orquestal sin voces basada en el arte o la literatura que trata de representar una historia a través de la música. Tras sus pasos siguieron las composiciones de Smetana, Saint-Saëns, César Franck o Richard Strauss (fuente).
Sin embargo, en 1858 dimitió de esta posición, y llevado por su fe y compromiso religioso, llegó a recibir las órdenes religiosas menores, pasando a presentarse como Abate Liszt. Aunque esta fiebre sólo le duraría un par de años.
Durante sus 13 años en Weimar, el maduro compositor dio a conocer las obras sinfónicas de Schumann o su amigo Berlioz, al tiempo que introdujo a los grandes maestros de la ópera italiana como Verdi o Donizetti.
Muerte exhausto
Tras la estancia alemana, entre 1862 y 1886, el compositor se dedicó de nuevo a dar giras, componer. Después de 1871 vivió entre Roma, Weimar y Budapest donde continuó como director, maestro y compositor.
Y supo llevar su calidad músical por derroteros que la crítica asegura que nadie, salvo Beethoven (y tal vez Bach), antes, habían logrado. Al menos hasta la llegada de Debussy y del dodecafonismo de Schoenberg.
Tras finalizar una última gira a los 75 años falleció un 1 de agosto de 1886. Está enterrado en el Town Cemetery de la musical Bayreuth (Alemania). Su pareja de más de 40 años, la noble Carolyne zu Sayn-Wittgenstein, quedó tan devastada que fallecería unos meses después.