Beethoven es uno de los grandes músicos clásicos de todos los tiempos. Vivió su primera etapa juvenil bajo la influencia del Clasicismo, y a su vez se le considera precursor del Romanticismo al iniciar el preromanticismo.
Desde niño su padre intentó hacer de él un segundo Mozart, llevándolo de salón en salón principesco, solo consiguiendo agriar su carácter, convertido en díscolo y rebelde.
A diferencia de los músicos dependiente de un mecenas como Haydn, el Beethoven maduro del XIX vive de su música y de sus clases de piano además de sus recitales, que tiene que abandonar a los 30 años debido a su galopante sordera.
Aún así, en sus 47 años de vida produjo más de 700 piezas musicales de todo tipo de grandísima factura, tanto de cámara (sonatas para piano, sonatas para violín y piano, tríos de cuerda, cuartetos, etc.) como orquestales (oberturas, conciertos y sinfonías). Sin olvidar la ópera (Fidelio) y otra música vocal (lieder y piezas ligeras).
Biografía de Beethoven
Infancia
Ludwig Van Beethoven nació en Bonn, Alemania un 16 de diciembre de 1770. Su padre Johann van Beethoven, de origen flamenco, formaba parte del coro del Elector de Colonia en Bonn como tenor y le dio sus primeros conocimientos musicales.
La familia pasó de ser más o menos acomodada tras la muerte del abuelo en 1773. Este tenía una buena posición como Kappellmeister del Arzobispo Elector de Colonia.
Al tanto del prodigio musical en ciernes que era su hijo primogénito, movido por la necesidad y entregado al alcohol, quiso hacer de él una especie de "nuevo niño prodigio Mozart", acelerando su formación musical, en detrimento de su formación académica (abandonó la escuela con 11 años). Incluso llegó a ocultar la verdadera edad del niño en sus exhibiciones musicales allá donde hubiera oportunidad de ganarse el pan.
Uno de sus biógrafos, Anton Felix Schindler (1795-1864) cree que estos primeros años, obligado a deambular de escenario en escenario, dando exhibiciones musicales, agriaron el carácter del músico. Tal vez contribuyeron a su aislamiento del mundo y futura soltería sin descendencia.
Un primer hecho clave en la formación musical del niño Ludwig es el nombramiento como organista de la corte de Bonn de Christian Gottlob Neefe. Aunque limitado en su conocimiento musical, Neefe se convierte en el maestro de Beethoven, y le enseña sus primeros valores e ideales musicales además de nociones de cultura.
En junio de 1782, Neefe le nombra asistente y en 1873, bajo su tutela, Ludwig presenta su primera composición formal, las "Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Dressler en Do menor".
Juventud en Bonn
En 1783 el niño es nombrado intérprete de continuo de la ópera de Bonn. Y en 1787, con 17 años, es ya un pianista virtuoso consolidado y conocido en toda Alemania central.
El arzobispo elector de Bonn, Maximiliano Francisco le organiza un viaje a Viena (Austria) para formarse musicalmente con Mozart. Aunque no se tiene claro que lo lograra puesto que hubo de volver a Bonn al lecho de muerte de su madre Maria Magdalena von Beethoven (de soltera Keverich) en julio de ese año.
En los años 1790, con solo 20 años, recorre los salones palaciegos de Bonn y alrededores donde es conocido por su carácter duro cuando se exhibe (no tolera faltas de concentración en su auditoriom negándose a continuar si es distraído). También se gana la vida dando clases de piano a familias aristócratas de Bonn.
Una de ellas es la familia del fallecido canciller, Joseph von Breuning. Su viuda lo contrató como profesor de música para dos de sus cuatro hijos. Y es a través de Madame von Breuning que conoce en 1788 al conde Fernando von Waldstein, alto aristócrata vienés que se convirtió en su devoto admirador y protector.
Traslado definitivo a Viena
En 1792, Ludwig regresa a Viena para quedarse definitivamente, 35 años más, hasta su muerte en 1827. Es una Viena recientemente huérfana de un ídolo musical tras la muerte de Mozart un año antes.
Su llegada fue preparada por Waldstein, quien fomenta el mito del sucesor de Mozart entre sus más altos aristócratas anteriores entusiastas del recién fallecido austríaco (Gottfried van Swieten y Karl von Lichnowsky).
A su llegada a la ciudad imperial, Beethoven se forma con Joseph Haydn durante dos largos años (1792-1794). Este encuentro no resultó del todo bueno puesto que el impetuoso alemán no quería aceptar los métodos clásicos del sesentón Haydn. Pero posteriormente ambos reconocieron su mutua admiración.
La música del Beethoven del XVIII es amena, sencilla y pensada para entretener, como manda el Clasicismo. Pero ya comienzan a verse signos de la rebeldía y fortaleza de carácter que precede al Romanticismo.
Destacan su Septimino (incluye la familiar melodía de la serie de dibujos animados "Erase una vez el hombre") y su Sinfonía nº 1, Op. 21 (1799-1800), sus dos primeros conciertos para piano (Op. 15 y Op. 19) y sus diez primeras Sonatas para piano (incluida su vibrante, "Patética" Op. 13) y los 6 Cuartetos de cuerda Op. 18.
Sordera y otras enfermedades
Ya en 1800, con 30 años, el músico comienza a sentir los efectos de su sordera. Y en 1802 asimila su incurabilidad. Este golpe bajo agría aún más su carácter. Junto con más de algún desamor, el de Bonn su lucha contra un mundo en el que se siente incomprendido. Siente rabia contra su destino (por qué yo) y cae en una depresión y aislamiento social mayores.
La sordera le impide continuar sus exhibiciones y recitales musicales. Sin embargo, debido a su popularidad en toda Europa, se puede permitir vivir de la composición (propia y por encargo), de la venta de sus partituras y de los conciertos de sus obras por terceros amigos.
Su música del XIX se vuelve dura y tempestuosa, sin ceder en melodisidad. Es el momento de la gran producción y madurez musical del alemán.
Su Concierto para piano nº 5 (Emperador), sus sinfonías 3 (Eroica) a la 7, sonatas para piano (Waldstein y Appassionata) y cuartetos de cuerda Rasumovsky son obras de madurez de esta primera etapa de asunción y reflexión.
En 1819, el músico ya es incapaz de escuchar su propia música y la trompetilla es sustituida por una libreta con la que se comunica con sus próximos. La música de Beethoven se vuelve serena y bellísima, como si el compositor pusiera en ella todo su sufrimiento y aceptación de su destino.
Sus últimas Sonatas para piano son un buen ejemplo de esta forma de aceptar lo que el destino le ha deparado en forma de una desgracia, mayor imposible, para un músico universal como sabe que es. También lo son, en gran formato, su Sinfonía Coral y su Missa Solemnis, además de sus 6 últimos Cuartetos de cuerda.
El poeta Stefan Georg dice de Ludwig en esta época que "Beethoven respiraba el aire de otro planeta" (I feel air from another planet).
Muerte de Beethoven
El gran compositor falleció en su apartamento de la Schwarzspanierhaus de Viena (Austria) el 26 de marzo de 1827 al los 56 años tras una larga enfermedad.
Está documentado que en su lecho de muerte estaban su cuñada, su secretario Karl Holz, y su íntimo Anselm Hüttenbrenner, quien documentó el óbito.
El funeral de Beethoven se celebró tres días después, el 29 de marzo de 1827 en una parroquia de Alsergrund (Viena). Asistieron al mismo sus amigos Johann Nepomuk Hummel, Franz Grillparzer, Carl Czerny, Klemens von Metternich y Franz Schubert. El 3 de abril en una misa conmemorativa en una iglesia de Viena se cantó el Réquiem de Mozart.
Fue enterrado en el mismo cementerio que Schubert, el Währinger Ortsfriedhof de Viena (hoy Währinger Schubertpark), aunque sus restos fueron trasladados en 1888 al Cementerio Central de Viena (Zentralfriedhof).