Giuseppe Domenico Scarlatti (1685-1757) fue un compositor y clavecinista italiano que llegó a componer más de 500 sonatas para órgano, clavicémbalo y violín. Es conocido principalmente por sus composiciones para clavecín, en particular sus famosas Sonatas para clavecín.
Fue en España donde salió a relucir su genio musical. Allí compuso una de sus mejores obras:Capricci per Cembalo, dedicada a D. João V, publicado en 1738, bajo el título de Esercizii per il Gravicembalo. Antes de morir, escribió Salve Regina, considerada su composición más hermosa.
Scarlatti es una figura clave en la música para clavicémbalo. Fue el primero que estableció técnicas adecuadas a la naturaleza del instrumento, que antes estaban bajo las exigencias propias del órgano.
Domenico Scarlatti dejó un legado duradero en el mundo de la música. Sus Sonatas para clavecín siguen siendo interpretadas y apreciadas en la actualidad, y su trabajo ha influido en generaciones de compositores posteriores. Su habilidad como intérprete y compositor lo posiciona como una de las figuras destacadas del período Barroco y del repertorio del clavecín.
Biografía de Scarlatti
Infancia
Domenico, sexto de diez hermanos, nació en Nápoles el 26 de octubre de 1685 en el seno de una familia de músicos destacados. Su padre, Alessandro Scarlatti (1660-1725), fue un reconocido compositor de óperas y oratorios de Roma y Nápoles, además de clavecinista barroco. Su hermano mayor, Pietro Filippo Scarlatti (1679-1750), también fue compositor.
Desde una edad temprana, Domenico mostró talento musical y comenzó a recibir instrucción musical de su padre. Alessandro le brindó una sólida formación en composición y teoría musical. Con él, el niño Domenico aprendió a tocar el clavecín y otros instrumentos al tiempo que recibió una educación musical completa.
Se dice que Domenico Scarlatti era un niño prodigio. A los 10 años, ya era considerado un virtuoso del clavecín y destacaba por su habilidad técnica y su capacidad para improvisar al teclado.
Su talento llamó la atención de importantes figuras musicales de la época, y a menudo se le presentaba en la corte y en otras ocasiones destacadas. En 1701 se estrenó como concertista en la capilla del virrey español de Nápoles, Luis Francisco de la Cerda Aragón, IX duque de Medinaceli.
Además de su formación musical, Scarlatti también recibió una educación académica. Se cree que estudió en el Conservatorio de la Pietà de Turchini en Nápoles, una institución conocida por su excelencia en la formación musical. Allí, pudo perfeccionar sus habilidades y ampliar su conocimiento en la teoría y la práctica musical.
La infancia de Scarlatti estuvo marcada por su estrecha relación con su padre. Alessandro Scarlatti fue una figura influyente en su vida y su mentor musical. A través de su padre, Domenico fue expuesto a una amplia gama de estilos y géneros musicales, lo que influyó en su propio desarrollo como compositor.
Luego, inició su carrera formal a los dieciséis años en Nápoles con la producción de sus primeras óperas.
Juventud
En 1705, con 20 años, se trasladó a Venecia, en aquel momento un importante centro musical y cultural de toda Europa. Allí estudió con el compositor Francesco Gasparini (1661-1727) y trabajó como maestro de música en la Capilla Real.
A principios del siglo XVIII, Venecia era conocida por su rica tradición musical y por su vibrante escena operística. La ciudad contaba con varios teatros de ópera y era un destino popular para compositores, músicos y cantantes.
Durante su tiempo en Venecia, Scarlatti compuso una variedad de obras, incluyendo música religiosa, música de cámara y óperas. Sus composiciones reflejaban las influencias musicales de la época y combinaban elementos del estilo barroco italiano con innovaciones y experimentación musical propias.
Además de su trabajo como compositor, Scarlatti también fue reconocido como un virtuoso del clavecín. Su destreza técnica y su capacidad para improvisar en el clavecín lo convirtieron en una figura admirada y respetada en la ciudad.
Aunque su estancia en Venecia fue solo una parte de su vida, la influencia de la ciudad y su ambiente musical se refleja en la música de Scarlatti. Sus experiencias en Venecia contribuyeron a la evolución de su estilo y sentaron las bases para su éxito posterior en otros lugares de Europa, como Lisboa y Madrid.
También viajó por Europa y pasó algún tiempo en Roma a partir de 1709, donde su talento como intérprete y compositor fue reconocido y admirado. En la ciudad eterna compuso varias de sus óperas al servicio de la reina María Casimira de Polonia, exiliada en la capital italiana. Y participó en una competición con Handel, que fue declarado el mejor organista, mientras que Scarlatti lo fue del clavicémbalo.
En Roma conocería también al embajador de Portugal en la ciudad eterna, siendo invitado a viajar a Lisboa como músico de la corte.
Se puede decir que durante estos primeros 30 años, el joven clavecinista vivió una vida ajetreada musicalmente hablando, pero sin el reconocimiento a sus composiciones y virtuosismo que conocería y le sería reconocido en la península ibérica, durante sus estancias en Lisboa y Madrid.
Madurez entre Lisboa y Madrid
En 1719, a los 34 años, Scarlatti se trasladó a Lisboa, Portugal, donde fue nombrado maestro de música de la princesa María Bárbara de Braganza (1711-1758), hija de Juan V de Portugal y María Ana de Austria, compositor de la corte y director de la capilla de la Corte de Lisboa en Portugal.
Durante este tiempo, Scarlatti compuso varias obras que quedaron en el archivo de la Catedral. Durante su estancia en Portugal, Scarlatti compuso una serie de óperas y música religiosa, pero fue en el clavecín donde dejó su mayor legado a los lusos.
En 1733, Scarlatti se mudó a Madrid, España, de la mano de la próximamente reina María Bárbara, desposada del rey Fernando VI de España (1713-1759).
En Madrid trabajó como maestro de música y clavecinista de la corte española. Y compuso la mayoría de sus Sonatas para clavecín (compuso un total de 555), que son consideradas su obra maestra y uno de los tesoros del repertorio del clavecín. Todo ello gracias a la protección y el patrocinio de la reina melómana.
En 1737, vio salvado su aislamiento madrileño con la llegada a la corte de su paisano, Carlo Broschi, conocido como el castrato Farinelli, contratado con una asignación anual de 2000 libras esterlinas por la reina Bárbara de Braganza.
Muerte de Scarlatti
La estancia de Scarlatti en Madrid también influyó en la música española de la época. A través de su trabajo y su influencia en la corte, contribuyó al desarrollo de la música barroca en España. Sus composiciones y su enfoque innovador tuvieron un impacto duradero en la música española posterior.
La relación de Scarlatti con la corte española llegó a su fin en 1757, año en que falleció en Madrid. Sin embargo, su legado musical perdura hasta el día de hoy.
Las Sonatas para clavecín de Scarlatti continúan siendo interpretadas y estudiadas por músicos y amantes de la música en todo el mundo, y su impacto en la música clásica es innegable. Madrid fue el lugar donde Scarlatti encontró su inspiración y dejó una huella imborrable en la historia de la música.