Gabriel Fauré (1845-1924) fue un reconocido compositor, pedagogo y pianista francés. También conocido como una de las figuras decisivas en la evolución de la música francesa desde el Romanticismo hasta la modernidad del siglo XX.
Su gran mérito fue asumir, involuntariamente, la tarea de pasar página del romanticismo imperante en la primera mitad del siglo XIX, al tiempo que calmar las profundas divisiones creadas en el panorama musical francés en los albores del siglo XX.
Como compositor, Fauré destacó con la música de cámara y para piano, ciclos de canciones para voz y piano y algunas incursiones en las escenas líricas. Entre sus obras más destacadas se encuentran su Pavane y su Réquiem, obras que influyeron en compositores de la siguiente generación.
Sigue leyendo para saber más sobre la biografía de Gabriel Fauré y sus mejores obras musicales.
Biografía de Gabriel Fauré
Infancia
El niño Gabriel Urbain Fauré nació en Pamiers, Occitania francesa próxima con Cataluña, el 12 de mayo de 1845. Desde muy pequeño comenzó a practicar con el armonio de la escuela de formación de profesores donde trabajaba su padre, director de la Escuela Normal de Foixuna.
Este no dudó, desde una temprana edad, seguir la recomendación de un amigo de enviar a su hijo a recibir instrucción musical.
En octubre de 1854, cuando apenas tenía nueve años, Gabriel fue enviado a la recién fundada escuela de música de París, L´École Niedermeyer (Escuela de Música Clásica y Sacra Miedermeyer).
Gracias a una generosa beca económica concedida por el obispo de su diócesis, Gabriel permaneció allí, durante 11 años. Durante su estancia aprendió y recibió formación como organista con el compositor Clément Loret (1833–1909), y piano y composición con el fundador, Louis Niedermeyer (1802-1861), y fallecido este, con el maestro Camille Saint-Säens (1835-1921).
L´École Niedermeyer fue creada en 1853 por Louis Niedermeyer como sucesora de la "Institution royale de musique classique et religieuse", que había sido a su vez fundada por Alexandre-Étienne Choron entre 1817 y 1834. Además de Fauré, en esta escuela estudiaron músicos franceses eminentes como André Messager (1853-1929) o Henri Büsser (1872–1973).
Durante su larga estancia en la escuela, Fauré ganó múltiples premios como el Premier Prix por la composición de Cantique de Jean Racine, Op. 11 (1864), el cual fue su primer trabajo coral con acompañamiento de piano u órgano, y que pronto pasó a formar parte de su repertorio habitual.
Gabriel Fauré con el uniforme del Ecole Niedermeyer en 1864
Curiosamente, Fauré no cumplía los estándares formativos de otros músicos de su época, que pasaban por haber estudiado en el Conservatorio de París, recibir el premio del Premio de Roma a la composición musical y la producción de obras operísticas.
Juventud
Recién terminada su formación musical, entre 1866 y 1905, Fauré dirigió coros, trabajó como profesor de la Escuela Niedermeyer y como organista en varias iglesias, entre ellas las de St. Sulpice y La Madeleine.
Entre 1866 y 1870 fue organista de la iglesia de Saint-Sauveur, en Rennes, Bretaña. Tras una breve estancia en Suiza por la guerra franco-prusiana, volvió a París en octubre de 1871 como maestro de coro en la iglesia de Saint-Sulpice, bajo la dirección del compositor y organista Charles-Marie Widor (1844-1937).
En La Madeilene primero fue maître de chapelle (1877-1905) para obtener el título de organista (1896-1905). Su Réquiem, compuesto entre 1888 y 1889, es el testimonio de su dedicación a la música sacra.
También a partir de 1896 fue un destacado profesor de composición en el Conservatorio de París, aprovechando la dimisión de Jules Massenet (1842-1912) para obtener una plaza de profesor de composición en el Conservatorio. Tras varios años ejerciendo, pasó a ocupar la posición de director entre los años 1905 y 1920, abandonando la enseñanza como tal y pasando a tareas de dirección musical de esta importante institución.
Su influencia como profesor de composición tuvo como frutos las carreras notables de compositores novedosos y rompedores para su época, de la talla de Florent Schmitt (1870-1958), Jean Roger-Ducasse (1873-1954), Maurice Ravel (1875-1937), George Enescu (1881-1955), Nadia Boulanger (1887-1979), Charles Koechlin (1899-1939).
An la cúspide de su carrera musical, recibió también el apoyo de la nobleza francesa, que le abrió las puertas de muchos salones parisinos. Miembro destacado fue la princesa de Polignac, Winnaretta Singer (1865-1943), heredera del emporio de máquinas de coser Singer Corporation.
Singer apoyó con su mecenazgo a Fauré, pero también a Boulanger, Chabrier o Ravel entre otros franceses y a los españoles Isaac Albéniz y Manuel de Falla.
Paralelamente a su carrera como organista y director de coro, Gabriel Fauré mostró la otra faceta de su talento en los principales salones parisinos. Adoptado por mecenas influyentes, en particular la princesa de Polignac, recibió de la aristocracia francesa un grado extraordinario de apoyo financiero, pero también acceso a un poderoso foro de expresión perfectamente adaptado a su sensibilidad.
Últimos años
En 1910, Fauré presidió la recién creada, Société Musicale Indépendante (1871), como respuesta al rechazo que la Société Nationale de Musique mostró por las creaciones de sus alumnos.
La escisión la lideraron Ravel, Vuillermoz, Schmitt, Caplet, Koechlin, Aubert y Roger-Ducasse, que se pusieron bajo el ala protectora de su presidente Fauré. Esta escisión fue un paso definitivo hacia el modernismo francés.
Fallecimiento
El compositor falleció en París, un 4 de noviembre de 1924 a sus 79 años, de una neumonía. Está enterrado en el Cementerio de Passy (París).