Intentar resumir en un post de 700 palabras quién fue Mozart (1756-1791) y sus obras maestras es una tarea imposible. El niño-adulto austríaco que se convirtió en un incorregible adulto-niño con los años, fue el último de los grandes compositores de la música de mecenazgo, poniendo fin al clasicismo musical en torno a las grandes cortes europeas.
De hecho, Mozart da paso a los precursores del romanticismo como Beethoven y quienes le siguieron con el advenimiento del nuevo siglo XIX, algo que los nuevos burgueses del siglo pedían a gritos, tras la Revolución francesa de 1789.
Biografía de Mozart
Te resumo a continuación lo más reseñable del gran músico austríaco en su corta carrera musical (murió en la pobreza y soledad con tan solo 35 años).
Primeros años
El niño Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart (Wolfgang Amadeus Mozart) nació en Salzburgo (Austria) el 27 de enero de 1756 de una familia de músicos gracias a su padre, Leopold Mozart (violinista en la corte de Salzburgo y tratadista musical de referencia en aquella época) y al apoyo discreto de su madre, Anna Maria Pertl.
El matrimonio tuvo 7 hijos de los cuales sólo sobrevivieron dos, el cuarto hijo, su hermana Maria Anna (apodada "Nannerl"), nacida en 1754 y Wolfgang, el séptimo y último nacimiento, nacido en 1756.
Con tan solo cuatro años era capaz de tocar melodías incipientes al clavicémbalo o con el violín. Y con cinco años comenzó a componer obras fáciles como divertimentos y minuetos.
Infancia y juventud errantes
Asombrado por el don musical de sus hijos, Leopold Mozart decidió llevar a su infantil promesa junto con su hermana 5 años mayor a exhibir sus proezas por las cortes de media Europa los siguientes seis años, sin pausa. Todo ello a cambio de dinero, una fortuna, que su padre Leopold administraba por ambos.
La vida errante con su padre y hermana, de pensión en pensión, de recital en recital, hizo del pequeño Wolfgang un adelantado niño prodigio. Un niño capaz de codearse con príncipes, princesas y nobles de toda condición, pero sin amistades ni estabilidad. E incapaz de administrar sus asuntos, ni su vida privada ni sus "dineros" años más tarde.
La ausencia de un hogar, de una madre cercana y de más niños con los que relacionarse prometía frustrar sus años de infancia y juventud por la fama anticipada y atenciones recibidas por tanto noble europeo.
Inestable y jovial
En todos estos años, el joven Mozart no logró la estabilidad de un mecenas que lo afianzará tranquilamente en una ciudad con su familia. Más bien fue un talento errante en Salzburgo y Viena, pasando meses en Paris, Londres, Amsterdam o Roma, condenado a no descansar mientras crecía y perdía la candidez y el atractivo del pequeño prodigio musical.
Y lo pagó de adulto cuando, incluso casado y con prole, tenía una enorme dependencia en cualquier tipo de decisión de su padre Leopold. Y no sabía gestionar su patrimonio.
De hecho, Wolfgang fruto de tanto traqueteo juvenil, sentía la necesidad de cambiar de morada decenas de veces, dentro de la misma ciudad, y entre ciudades austríacas.
Su mujer Constanze tampoco supo llevarle ni administrar sus finanzas personales.
Tras la muerte de su padre Leopold, con quien mantuvo una bonita, aunque dependiente relación paterno-filial en 1787, él y Constanze fueron incapaces de gestionar sus finanzas personales, viviendo en la indigencia sus últimos años a pesar de los grandes emolumentos que Mozart cobraba de sus óperas y recitales en las cortes europeas.
Protección de los Habsburgo
A lo largo de sus años Wolfgang contó con la protección de la emperatriz María Teresa de Habsburgo y posteriormente de su hijo, José II de Habsburgo.
En aquella época, los grandes mecenas protegían a sus músicos para su asueto personal, dándoles cobijo y alimento además de una asignación anual, siempre que se comprometieran a componer música para los eventos familiares y sociales en palacio.
Muerte
A lo largo de su corta vida, Mozart sufrió todo tipo de enfermedades y padecimientos que debilitaron paulatinamente su organismo como reumatismos, bronquitis, neumonías, viruelas, amigdalitis o fiebres tifoideas.
De vuelta a Viena tras una estancia en Praga en el verano de 1791, con motivo de un estreno de una de sus óperas, comenzó a sentirse indispuesto. Y este malestar le llevó a sentirse deprimido y abatido en su último tramo de vida cuando estaba culminando su Réquiem.
El 20 de noviembre de 1791 tuvo que ser encamado al padecer dolores e hinchazón de manos y pies con constantes vómitos.
Pasados apenas 55 minutos de la medianoche del 5 de diciembre de 1791 el músico fallece repentinamente a los 35 años sin haber quedado claras las causas médicas de su óbito. Sin embargo, durante meses él sostuvo que había sido envenenado.
Está enterrado en el cementerio Saint Marc de Viena (Austria).