El romanticismo es un movimiento cultural que abarca todas las artes y surge en Alemania y el Reino Unido a finales del siglo XVIII (preromanticismo), como respuesta revolucionaria al orden y racionalidad que propugnaba el Clasicismo anterior.
El poeta, pintor o músico romántico rechaza los modelos preestablecidos y exalta la belleza y los ideales de la vida. Y airea en su obra, a los cuatro vientos, y sus sentimientos, ya sean exultantes o descorazonados. Por primera vez, la literatura y la música se dan la mano y se abrazan en una simbiosis perfecta.
El área de influencia musical se desplaza desde Viena a París. La revolución industrial atrae gente del campo a la ciudad. La música es una forma de esparcimiento y distracción.
Comienza a existir una demanda de músicos y de orquestas, que a su vez demandan la creación de auditorios de conciertos y salones de ópera donde escuchar a sus compositores más conocidos. Los burgueses, por su parte demandan partituras para practicar en sus salones y músicos que les enseñen a tocar.
El músico romántico se desembaraza del yugo del mecenas. Los mecenas son los cientos de personas que compran sus partituras a un editor de música.
Romanticismo musical
El romanticismo musical se manifiesta en el momento en el que se rompe la relación de dependencia del músico-lacayo sobre el príncipe.
Los músicos de finales del XVIII se van independizando de la vida cortesana anterior (aunque siguen obteniendo encargos de potentados patronos) y comienzan a ganarse la vida dando recitales en una sociedad más democratizada, que accede y compra sus partituras musicales de editores como los afamados Breitkopf und Härtel.
La imprenta y la demanda de música para el solaz de cada hogar burgués hacen posible el milagro de la gran expansión musical, de las cortes palaciegas a los hogares de las grandes ciudades.
Frente a la obligación de componer para el mecenas que les patrocina, estos músicos comienzan a crear música para sí mismos, por el placer de hacerlo y volcando en sus pentagramas sus sentimientos de amor y desamor por el mundo y las personas que les rodean.
Compositores del romanticismo
Beethoven el prerromántico
El primer exponente de este cambio del clasicismo al romanticismo, o mejor preromanticismo, es Beethoven (1770-1823).
El propio autor tiene una primera etapa de producción musical como virtuoso de los salones vieneses que se va tornando en una producción seria y solemne a medida que experimenta su creciente sordera y se encierra más en sí mismo.
Obras de esta primera etapa clásica del alemán son sus primeras sinfonías y sonatas para piano (incluída la Op. 27 Claro de Luna) y sonatas para piano y violín (Op. 47 Kreutzer, dedicada al famoso violinista de la época).
También produce su potente y rompedora Sinfonía n.º 3 en mi bemol mayor, op. 55 (Heroica/Eroica), inicialmente dedicada a Napoleón Bonaparte hasta que éste se autoproclama emperador y cae el mito del libertador.
Esta sinfonía se considera el inicio del romanticismo musical al romper los esquemas sinfónicos clásicos con su estructura en 4 movimientos: Allegro con brio, Marcia funebre (Adagio assai), Scherzo (Allegro vivace - Trio) y Finale (Allegro molto).
Tal vez por ello, en su estreno el 7 de abril de 1805 en Viena, no tuvo la acogida que merecía como obra maestra que es.
Hector Berlioz
Louis Hector Berlioz (1803-1869) es el compositor francés que mejor simboliza los valores del romanticismo francés del siglo XIX.
Se resiste a hacer la carrera de su padre médico, optando por la música en el conservatorio de París. Durante su larga formación musical se resiste a aprender recurriendo a las reglas de composición clásicas e improvisa sus propias estructuras musicales.
Su carácter tímido y taciturno, fácilmente emocionable y enamoradizo, junto por su amor por los opiáceos y la lectura de los clásicos (de Virgilio a Shakespeare) le llevó a crear maravillas musicales como su Sinfonía fantástica.
Otros compositores románticos
Otros compositores del romanticismo europeo dignas de mención son Franz Schubert, Felix Mendelssohn, Robert Schumann, Frederick Chopin, Franz Liszt, Richard Wagner o Gounod.