Casi 40 años de su muerte, Emil Gilels (1916-1985) y su legado musical siguen llegando y manteniéndose como la leyenda del piano en cada rincón del planeta. Con un talento excepcional, pese a sus pequeñas y poco convencionales manos de pianista, Gilels logró posicionarse como una de las figuras del piano más destacadas del siglo XX.
Su forma de tocar es considerada técnica, intensa y profunda. Su personalidad retraída y su alto concepto de la responsabilidad en su trabajo le llevaron a ser uno de los pianistas más aclamados de la historia.
Su muerte en 1985, a los 68 años, marcó la desaparición física de una de las estrellas soviéticas del piano más icónica de todos los tiempos.
Biografía de Emil Gilels
Emil Grigórievich Guilels (conocido en Occidente como Emil Gilels) nació en Odesa (antiguo Imperio ruso, actual Ucrania) el 19 de octubre de 1916, fue un pianista soviético peculiar.
Sus padres, Esfir y Gregori Gilels, ambos con descendencia anterior de otros matrimonios fallidos, no tenían formación ni tradición musical, pero disponían de un piano en su residencia del modesto distrito de Moldavanka en Odesa. Y aun así, a pesar de las dificultades, descubrieron pronto las capacidades musicales de su hija mayor, Elizabeta, afamada violinista y del niño Emil.
Infancia y Primeros pasos
Su primera aproximación a la música clásica se produjo a una temprana edad. A los 6 años, comenzó su formación musical formal en Odesa bajo la tutela del pedagogo musical Yakob Tkach (con gran influencia de Chopin). Este percibió en el niño Emil un prodigio, a pesar de su alta exigencia sobre el niño de carácter reservado y sensible.
Tras sólo unos meses de formación Emil ya era capaz de tocar los Estudios del alemán Albert Löschhorn (1819-1905) completos. Y poco después las sonatinas de Clementi y Mozart. Y a la edad de once o doce años, Gilels dominaba los estudios de Chopin y Liszt.
Emil tuvo su primera actuación en público en mayo de 1929, a los 12 años, causando sensación por su tan extraordinario talento musical. Y por su interpretación de su Sonata Patética de Beethoven, el Concert Etude Un Sospiro de Liszt, una selección de sonatas de Scarlatti, el Scherzo de Mendelssohn y algunos de los estudios y valses de Chopin, junto con otras piezas.
Entre 1929 y 1934, el niño Emil pasa a ser educado por la pianista Berta M. Reingbald aún en Odesa que amplió la base de compositores e le indujo a conocer y admirar otras artes aparte de la música.
Al igual que Tkach, Reingbald protegió a su alumno de conciertos excesivos para evitarle la carga de convertirse en un "niño prodigio".
La crónica cuenta que tras escuchar al niño Gilels durante una gira de conciertos de piano por Odesa, el pianista polaco Arthur Rubinstein (1887-1982) quedó impresionado.
Y declaró que: "¡Hubo un joven… no puedo describir su forma de tocar, pero lo único que puedo decir es que, si él se presentara en América, yo tendría que hacer las maletas y retirarme”.
Adolescencia y juventud
Tras terminar su formación en el Conservatorio de Odesa en otoño de 1935, Gilels se trasladó a Moscú, en cuyo Conservatorio de Moscú estudió un postgrado con el pianista y pedagogo soviético de ascendencia alemana, Heinrich Neuhaus (1888-1964), que había sido alumno de Alexander Scriabin.
Allí conoció la música de Sergei Prokofiev (1891-1953) que se convirtió en una de sus mayores influencias estilísticas como compositor y pianista.
En aquella época, y antes de que el gobierno le diera un piso en Moscú, Gilels tuvo que alquilar una habitación para vivir. Y su estancia en el propio Conservatorio era taciturna y solitaria con pocos amigos.
Tras graduarse en el Conservatorio de Moscú, Gilels, considerado un gran embajador soviético y amigo de Josef Stalin, cursó numerosas giras por Europa antes de regresar a su país. De hecho, fue el primer músico soviético autorizado a salir de la Unión Soviética con motivo de sus giras pianísticas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Guilels fue reservista encargado de interpretar conciertos de ánimo ante los soldados soviéticos en el frente y en hospitales. Tras finalizar la contienda mundial, nuevamente volvió a hacer giras en recitales de piano por toda Europa.
Ya en 1951, en la treintena, fue contratado como profesor en el Conservatorio de Moscú, donde enseñó hasta 1976, año en que renunció a continuar con la formación.
A lo largo de todos aquellos años, Emil recibió numerosas distinciones y condecoraciones soviéticas y de otros países occidentales.
Madurez y muerte
En 1955 frisando los cuarenta, Emil hace su debut musical en el Carnegie Hall de Nueva York con gran éxito y crítica musicales. De manera inadvertida fue el primer artista soviético, desde la Segunda Guerra Mundial, en realizar una gira de conciertos por Estados Unidos.
Esto lo puso en un compromiso en pleno apogeo de la “Guerra Fría” y contando en su palmarés con el Premio Stalin (1946) y del Artista del Pueblo de la Unión Soviética (1954). Sin embargo, tras escucharle interpretar, el auditorio se volcó con él.
En 1969 hace su debut en el Festival de Salzburgo con un recital de piano en el que interpreta obras de Beethoven, Prokófiev y Weber. Posteriormente hace lo propio en la capital austríaca con la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por George Szell.
En sus últimos años dio varios recitales con su hija Elena Gilels (1948-1996). Emil Gilels sufrió un infarto de miocardio durante un concierto en Ámsterdam. Desde entonces su salud empeoró.
Su última vez en un escenario fue el 12 de septiembre de 1985 en Helsinki. Interpretó una selección de sonatas de Scarlatti, Pour le Piano de Debussy y la Sonata Hammerklavier de Beethoven.
Al regresar a Moscú se sintió mal y, a pesar de ser ingresado en el hospital, nada indicaba la gravedad de los acontecimientos. Gilels falleció en Moscú el 14 de octubre de 1985, a los 68 años. Está enterrado en el Cementerio Novodévichi de Moscú.