En sus años de juventud, Beethoven (1770-1827) compuso piezas musicales sencillas, agradables al oído y nada agotadas. El Septimino de Beethoven es una de esas partituras que hay que escuchar para adentrarse en la música clásica. Eran años en los que, fallecido Mozart, se cerraba la época Clásica para adentrarse, sin darse cuenta, en la nueva corriente del clasicismo.
Pero el Septimino pertenece a la segunda mitad del sXIX, que consistía en música de mecenazgo del músico para el divertimento de los nobles que lo mantenían en sus frecuentes serenatas nocturnas. Y ese es su espíritu. El de un Beethoven de 29 años que aún no es consciente de sus próximos problemas de sordera y aislamiento social por su deficiencia.
Contexto
Ludwig van Beethoven nació en Bonn en 1770. Al final de su veintena, frisando los 30 y en los albores del nuevo siglo XIX era ya un músico que empezaba a dar muestras de gran autoridad.
Su estilo se situaba a caballo entre lo clásico y un nuevo estilo de componer más desenfadado, alejado de aquel al que obligaba la música de mecenazgo del período anterior en su ocaso. Era una época en la que la estrella de Mozart se había apagado (murió en 1791), Haydn era un señor bastante mayor muy apegado a Londres, y el público vienés demandaba nuevos talentos.
Fecha de composición
Beethoven supo aprovechar su oportunidad y, sin alejarse del estilo clásico languideciente, compuso su Septimino Op. 20 entre 1799 y 1800.
Se lo dedicó a María Teresa I de Austria (Maria Theresa Kaiserin von Österreich) (1717-1780), cuñada del Archiduque Rodolfo, en un gesto audaz del músico para ganarse el afecto de las élites austríacas.
El Septimino se escuchó por primera vez en una audiencia privada en el Palais Schwarzenberg de Viena, propiedad de los príncipes Schwarzenberg y uno de los lugares preferidos de la aristocracia vienesa, a principios de 1800.
Su estreno en concierto de pago para el propio compositor (Akademie) fue el 2 de abril de 1800 en el Hofburgtheater (Teatro Nacional de Austria) vienés, junto con su Primera sinfonía.
Fue editado para su venta en 1802 en Leipzig por Hoffmeister & Kühnely. Poco después de su estreno, apareció en múltiples transcripciones para piano solo, dos guitarras, piano a cuatro manos, cuarteto de piano y arreglos de trío del propio Beethoven para clarinete o violín con violonchelo y piano.
Atendiendo al número de arreglos y adaptaciones que se hicieron sobre la partitura original, podemos hacernos idea de la gran acogida que tuvo entre vieneses y alemanes en general.
La música de "Erase una vez el hombre"
El tercero de los seis movimientos del Septimino de Beethoven, "Tempo di menuetto" es una de las melodías más escuchadas en todo el mundo.
La reconocerás inmediatamente porque es la música con la que se presentó la serie de dibujos animados francesa "Érase una vez el hombre" de Albert Barillé (Procidis), estrenada en 1978.
Aquí te dejo una buenísima interpretación del Septimino por parte de Janine Jansen y la International Chamber Music Festival Utrecht de 2011.